miércoles, 28 de agosto de 2013

La falacia de la libertad de elección

Cuanta más cantidad y diversidad, más donde poder elegir. Más probabilidades de que cualquiera pueda encontrar justo lo que busca, por muy raras que sean sus preferencias. Más libertad de elección, en general.

Esto es algo muy discutido sobretodo dentro del mundillo del software libre, donde desde siempre se ha pregonado esa libertad de poder elegir entre una gran variedad de opciones, o incluso crear nuestras propias opciones cogiendo otras y modificando cosas a nuestro antojo.

Y todo esto es algo muy positivo. Sin embargo, cuando esa gran lista de opciones se hace demasiado extensa, aparece un problema. Tenemos mucho donde elegir, pero estamos obligados a elegir.
Y habiendo tantísimas opciones, ¿qué es lo que nos conviene elegir? ¿cómo asegurarnos de que nuestra elección será la correcta? ¿qué elegir después en caso de que nuestra elección nos acabe decepcionando? ¿y si algunas características de dicha elección han cambiado y puede no ser ya lo mismo?

Cuando disponemos de un abanico tan amplio de opciones, estas cosas pueden llegar a causar cierto 'estrés' o 'ansiedad', o incluso cierta 'inseguridad' y 'paranoia' después. Sobretodo cuando se trata de cosas que conllevan cierto gasto o sacrificio, ya sea de dinero o de tiempo. Es un gasto que no volveremos a recuperar después, nos salga bien o no la elección.

El gran mapa linuxero. ¿Podrás recorrerlo todo entero?
¿Instalar Debian, Ubuntu, Mint, Arch, Manjaro, OpenSuse, Fedora, [...] ?
¿Estudiar la carrera de informática, ciencia, literatura, arte, medicina, veterinaria, telecomunicaciones, programación, [...] ?
¿Probar el helado de fresa, chocolate, vainilla, arándanos, frambuesa, mora, piña, coco, limón, naranja, mandarina, clementina, pomelo, [...] ?
¿Escuchar algo de música clásica, rock progresivo, avant-garde metal, free jazz, dark wave, punk acústico, bandas sonoras, sonatas en C mayor, [...] ?
¿Pasar el finde con Pepito el del bar, Ana María la de la frutería, Manolo el mecánico, Nepomucena la baterista y lider de Metal Monsters, Ambrosio el actor y co-productor de cine independiente, [...] ?

Hoy en día tenemos mucho de todo, y muy poco tiempo para dedicarlo a todo ello. Y esto se puede aplicar a todo tipo de ámbitos. Desde los programas y sistemas operativos hasta la vida social y personal. Tenemos cientos de sistemas operativos o distribuciones, continuamente aparecen nuevas bandas y estilos musicales, montones de nuevos videojuegos o continuaciones de otras sagas, series y películas nuevas o también continuaciones de otras sagas... También es muy común que casi todo el mundo tenga bastantes amigos que realmente son simples conocidos con quienes apenas hay trato.

Pero seamos realistas. No vamos a vivir tantos años como para poder hacer y descubrir todo lo que realmente nos gustaría; ni podemos dar abasto para dedicar todo el tiempo que merecen todas nuestras aficiones, intereses y sobretodo amistades. Y menos teniendo en cuenta que todo en este mundo cambia muy deprisa, y en cuanto nos decuidemos un rato nos daremos cuenta de que ya nos hemos quedado anticuados y nos hemos perdido muchas más cosas.


Esto es como ver desde un plano o mapa un inmenso y aparentemente eterno océano, el cual somos conscientes de que jamás conseguiremos recorrer entero ni descubrir todo lo que nos aguarda. Un inmenso y eterno océano en continuo flujo y movimiento, que aun habiendo recorrido y descubierto parte de sus secretos no sabemos si las zonas que hemos recorrido seguirán igual o si habrán cambiado tras alejarnos de su paso.

Antes ese gran océano lo veíamos de otra manera. Veíamos el plano o zoom con una vista mucho más pequeña y cercana, ampliándose los límites de éste conforme avanzábamos, sin ver dichos límites desde una vista tan alejada que nos asuste por su inmensidad.

Sin embargo, negarnos toda esa gran capacidad de elección y limitarnos a unas pocas opciones que conozcamos mejor, sería un gran paso atrás. Sería anteponer lo "malo conocido" a "lo bueno por conocer", consiguiendo así ahorrarnos un valioso tiempo y quebraderos de cabeza a cambio de arriesgarnos a ignorar todo un gran mundo aparte. Ese inmenso océano donde con mucha paciencia, tiempo y dedicación, podamos encontrar nuestros particulares tesoros sin depender del resto que puedan encontrarse en cualquier otra zona de dicho océano.

Y ahí es donde aparece el gran dilema.

¿Son más las cosas buenas o las malas lo que nos aporta toda esa gran diversidad que podemos encontrar a día de hoy en casi todo? ¿La posibiildad de elegir y encontrar lo que buscamos nos hace más felices y satisfechos, o nos estresa y agobia más la probabilidad de habernos equivocado o haber desaprovechado otras opciones?

Personalmente pienso que nada es blanco ni negro. No creo que ni una ni otra cosa sean lo ideal, pues todo tiene su parte positiva y negativa según cómo lo miremos. Y aunque pueda no ser lo correcto, a veces no nos queda otra que, simplemente, adaptarnos a los cambios y a los tiempos que nos toca vivir, y elegir (nunca mejor dicho) por nuestra propia cuenta lo que más creamos conveniente dentro de esos cambios y tiempos actuales.

Es también por asuntos como éste mi típica "manía" de estar metido en causas 'minoritarias', así como centrar mis aficiones e intereses desde un nivel más "underground" o poco conocido (sobretodo en el caso de la música), además de crear cosas que aún no existan o de lo cual exista muy poco y pueda aportar algo relativamente nuevo.

Lo más fácil sería aprovechar las opciones que ya son bien conocidas por todo el mundo, y que son inculcadas y consideradas como "lo mejor". Y con el poco tiempo que tenemos y la gran cantidad de cosas que hay, a veces, más que por "borreguismo" o ignorancia, se tiende a seguir caminos predefinidos simplemente por falta de tiempo. Y es por ello que, personalmente, prefiero explorar esos caminos no tan conocidos y buscar donde no se sabe tan bien lo que se puede encontrar.